Arquitecturas

Escultura sonora I

He tomado como referencia las esculturas “Cajas metafísicas” del escultor vasco Jorge Oteiza (1908-2003).

Las “Cajas metafísicas” representan el vacío. Este vacío del escultor se transforma en un vacío musical, en silencio. Sus esculturas nacen de un vaciamiento de los cuerpos geométricos de partida.

El proceso de vaciado de materia, se asemeja al de la desocupación del sonido. La ausencia de sonido es el silencio. Esta escultura musical parte de una masa sonora a la que progresivamente se le despoja de componentes hasta desaparecer.

Otro componente muy presente en la escultura de Oteiza es la repetición. Este recurso también es

utilizado de manera muy patente en la “Escultura sonora I”.

Escultura II

La segunda escultura sonora es de transformación. Se trata de realizar una metamorfosis en un material musical inicial caótico. El proceso se produce en varias fases, pero su propósito final es el orden.

Metafóricamente, se parte de una materia sonora bruta, amorfa, a la cual se le va aportando una estructura más comprensible y “racional”. Esa masa primigenia se va transformando en gruesos cuerpos sonoros, en delicadas formas musicales, en un conjunto de sonoridades contrastantes.