Espejos rotos

“Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos. El tiempo se bifurca perpetuamente hacia innumerables futuros”. Jorge Luis Borges.

Espejos rotos hace referencia a uno de los principios metafísicos de Borges, los espejos, como pluralidad del yo, su sentido cambiante y la reflexión de que somos el mismo y otro. El desdoblamiento de la personalidad, multiplicarse, dividirse, lo que hace un espejo, deviene en un no estar en ninguna parte.

Esta idea como punto de partida, me ha llevado a elaborar un discurso sonoro que se nutre de distintas calidades tímbricas de slap, de microespectros (bifónicos y multifónicos espectrales, más o menos “plásticos” y con mayor o menor número de armónicos) y un “submundo fangoso” propio del saxofón bajo, fruto del trabajo y la inestimable ayuda del destinatario de la obra.  

Una fusión de esos mundos sonoros  genera una dramaturgia que, con el empleo de la repetición de determinados objetos sonoros como procedimiento principal para crear espacios poéticos  no narrativos, puede invitar al oyente a una escucha contemplativa y expectante. Una pequeñísima muestra de un infinito museo de sonoridades que posibilita este fantástico instrumento.