Eresoinka

Esta obra es un encargo de la Fundación SGAE y de la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas, AEOS, a instancias de la Orquesta Sinfónica de Euskadi.

Es un homenaje a la agrupación del mismo nombre, embajadora de la cultura vasca entre 1937 y 1939.

Por eso, se escogió el txistu, uno de los principales instrumentos del folklore vasco, como instrumento solista de la obra.

Es una obra en tres movimientos:

El primero se articula en torno al contraste entre un melodismo pausado, (la melodía se extrae de una nana del folklore vasco), y grupos de notas rápidas.

En los otros dos movimientos se desarrollarán estos dos diferentes materiales: El elemento melódico pausado se desarrollará principalmente en el segundo movimiento y los grupos rápidos de notas se escucharán en el último movimiento.

Una característica común a los tres movimientos de la obra es el desarrollo de la polifonía de timbres y de dinámicas, (característica del estilo de escritura de la compositora).

El txistu solista tendrá diferentes roles: a veces, dialogará con la orquesta, otras veces, se fundirá con ella, como si fuera un instrumento más del grupo y, otras veces, adquirirá el rol de solista realizando cadencias, donde el virtuosismo del intérprete estará en primer plano.